Hay infinidad de conflictos que la dirección y el profesorado de los centros de enseñanza no alcanzan a poder gestionar. Los recortes, el aumento de ratio, son factores que no han ayudado, aumentado la conflictividad en los centros.
Cuando hablamos de conflicto escolar hay que pensar en un marco amplio, pues no solamente existen los conflictos internos aquellos que se producen de puertas hacia dentro de los centros (entre alumnos, entre profesores y alumnos, entre profesores, entre la dirección pedagógica y la gerencia, etc.), sino también los externos aquellos conflictos que se proyectan hacia el exterior del centro (entre la dirección y los proveedores, entre distintos colegios, entre padres de alumnos, etc.).
Pero, ¿qué es la mediación escolar? Según Carme Romero Durán “es una potente herramienta educativa que ayuda a resolver conflictos y también es preventiva de la violencia”. Es decir, goza de una doble virtud, por un lado, como preventiva de la violencia, y por otra, como curativa-educativa, dado que gestiona los conflictos surgidos en el seno de los centros, potenciando la gestión de la paz y mejorando el clima escolar.
La mediación escolar previene el conflicto, pero si este existe, genera un efecto curativo-educativo
Para alcanzar el efecto preventivo de los conflictos, la mediación se apoya en la formación. Esta estará dirigida principalmente a los alumnos, con el objetivo de que estos sean capaces de visualizar los conflictos que se puedan estar gestando. Se les forma en técnicas de mediación concretas, por ejemplo, la escucha activa, técnicas de comunicación para afrontar rumores, etc. En esencia se trata de anticiparse a la manifestación violenta del conflicto.
Para alcanzar el efecto curativo-educativo, los mediadores aplicarán distintas técnicas de mediación. En este caso el conflicto ya no está latente, ya se ha manifestado, podemos decir que ha eclosionado y requiere de mayores habilidades por parte de los mediadores que intervengan. Cuando en el conflicto se ven involucrados exclusivamente alumnos, se procurará, si es posible, que sea resuelto por ellos, lo que les supone trabajar desde la responsabilidad, lo cual tiene un gran efecto pedagógico, favoreciendo el buen clima escolar, lo que supone una importante descarga de trabajo para los tutores y directores.
La implantación de un centro de mediación escolar en el centro requiere la intervención de un profesional de la materia. Su objetivo será establecer un modelo organizacional que contendrá un cronograma de la estructura jerárquica del servicio, un manual de puestos y funciones, un listado de los mediadores-profesores, y de los mediadores-alumnos, debidamente clasificados por niveles, y un reglamento interno por el cual se regirán las actuaciones de los mediadores. Este reglamento debe contener los alineamientos generales de cómo funcionará el servicio, las duraciones recomendables de las sesiones de mediación, los casos susceptibles de mediación, etc.
Podemos concluir que la creación de un centro de mediación escolar es útil y conveniente para alumnos, docentes y familiares, ya que mejorará la convivencia pacífica en las escuelas y desarrollará de manera significativa la responsabilidad de todos los actores del centro.